La ley de insolvencia económica para personas naturales no comerciantes, es un mecanismo muy importante para ayudar a las personas que se encuentran en una situación económica difícil a salir de la crisis causada por las deudas y volver a un camino financiero saludable y estable. Esta ley permite a las personas naturales que no son comerciantes, como los consumidores, presentar una solicitud de insolvencia personal para obtener una reorganización de deudas.
Se basa en un proceso de reorganización que tiene como objetivo ayudar a las personas a cumplir con sus obligaciones financieras mediante la negociación con sus acreedores y la reorganización de sus deudas. El proceso de reorganización incluye una evaluación de la situación financiera del deudor y la elaboración de un plan de pagos para cumplir con sus obligaciones financieras.
Es indispensable tener presente que la ley de insolvencia de persona natural no comerciante y pequeña comerciante no es un mecanismo para evitar que sus deudas no se hagan efectivas ni para buscar que le condonen sus obligaciones financieras, es todo lo contrarío, lo que pretende es brindarle la oportunidad de encontrar fórmulas para llegar a un acuerdo de pago con sus acreedores.
Uno de sus múltiples beneficios es la protección contra los embargos, una vez que una persona ha presentado una solicitud de insolvencia, quedan suspendidos los procesos ejecutivos en su contra (excepto los embargos por alimentos), gracias a ello los acreedores no pueden continuar con los procesos de embargos o ejecución de bienes. Esto permite al deudor concentrarse en cumplir con sus obligaciones financieras, en lugar de preocuparse por la posibilidad de perder sus bienes.
Es importante saber que el deudor no puede haber transferido sus bienes a terceros dentro de los seis meses anteriores a la aceptación de la solicitud, ni fingir una separación de su cónyuge, esto da lugar a que se declare fracasado el acuerdo. Incluso, puede ocurrir una sanción penal en caso de que se llegue a comprobar falsedad o datos incompletos que hagan inducir a error al conciliador o al juez, además el deudor no podrá adquirir nuevos créditos, ni otorgar garantías a favor de terceros sin el consentimiento de los acreedores. Un deudor no podrá solicitar el inicio de un nuevo trámite de negociación de deudas sino hasta después de transcurridos cinco años a partir de la fecha de cumplimiento total del acuerdo anterior.
En resumen, la ley de insolvencia de persona natural no comerciante ofrece varios beneficios tanto para las personas que están en situación de deuda como para los acreedores, los más relevantes son:
Reorganización de deudas: permite a las personas que no son comerciantes, como los consumidores, presentar una solicitud de insolvencia personal para obtener una reorganización de deudas, permitiéndole negociar con sus acreedores y elaborar un plan de pagos para cumplir con sus obligaciones financieras de manera ordenada y sostenible.
Protección contra los embargos: una vez que una persona ha presentado una solicitud de insolvencia, quedan suspendidos los procesos ejecutivos en su contra (excepto los embargos por alimentos), gracias a ello los acreedores no pueden continuar con los procesos de embargos o ejecución de bienes.
Estabilización financiera: Ayuda a las personas a estabilizar sus situaciones financieras mediante la reorganización de sus deudas y el cumplimiento de sus obligaciones financieras.
Mayor eficiencia en la recuperación de deudas: Permite a los acreedores recuperar deudas de manera más eficiente al proporcionar un proceso estructurado para la negociación y recuperación de deudas. Además de la suspensión de llamadas y correos de cobranza, permite la condonación de los intereses causados hasta la admisión de la solicitud del proceso y la disminución de los intereses futuros.